Recuento II

Hace un año que decidí empezar el proceso de salida discrecional del closet...
En Octubre, después de decidir separarme de mi esposa en Julio, llegó el momento de hablar con mi hijo mayor. RI es un chavo de 19 años, con un enorme parecido físico a mí. Primogénito, lector ávido de poesía y prosa que comprometan su pensar de próximo a estrenarse adulto jóven.
Estudiante de ingeniería, formado en las humanidades. No sólo es mi hijo. Hemos construido una relación a fuerza de honestidad y comunicación que fácilmente escapa a los adjetivos con los que, a veces, intento describirla. Lo amo profundamente. Así que decidí incluirlo en el único aspecto de mi vida que él no compartía: mi gaydad.

Semanas antes se presentó una situación en casa que me abrió la puerta para prepararlo al evento. Le dije que me gustaría compartir algunos asuntos de mi vida con él, para que tuviera más elementos de decisión y comprensión de su vida y de la mia.

Nos fuimos a cenar. él, expectante y nervioso y yo, tratando de contactar mi ser más profundo, "mi parte sabia" para verificar con el oráculo interior una posible metedura de pata.

Empezé a hablarle de mi mismo. Le conté como desde los 6 años me daba cuenta de mi mayor atracción por los niños que por las niñas y cómo, contra lo previsible en el mundo buga, ésa condición no cambió ni ha cambiado a lo largo de mi vida... Le conté mis dudas y abrí la escotilla para que se asomara solo un poco a mis infiernos interiores de la primaria y secundaria. Le hablé brevemente de mi grupito de amigos "jotitos" y de mi amor imposible de prepa M.O.
Durante el relato se mantuvo atento, procesando y haciendo preguntas aclaratorias de tanto en tanto, sin terror en el rostro... escuchando...
Despùes le compartí algunas de las cosas que rodearon mi matrimonio con su madre, de lo que ella sabe de mí y de las circunstancias en las que decidimos engendrarlo. Le hablé del destino de mi orientación durante los años de crianza de él y sus hermanas y de cómo poco a poco, con el crecimiento profesional y personal, retomar este aspecto de mi vida me lleva a una mayor congruencia y a un mejor estado interior....
Siguió escuchando cada vez más participativo. Y, entonces, habló.
Se puso de pié (pensé, acaso lo espanté???) y me pidió que me levantara yo también. Me estrechó entre sus brazos y con voz impregnada de ternura me declaró su aceptación de mi, de mi historia, de mi identidad... Su abrazo no dejaba lugar a la duda sobre sus palabras...Es uno de los momentos más ricos y deliciosos de mi vida. Mi propio hijo brindándome no solo su apoyo sino lecciones de apertura y empatía.
Lo que vino después fué hablar de AI, a quien conoce, en un tono más bromista. Estuvo jugando a decirme nombres de mis amigos actuales para ver si le atinaba quien era mi pareja... Eso fue divertido pues me permitió conocer su apreciación sobre ellos en ese plan. (claro que hay al menos seis que se muestran bugas que él se tenia bien diferenciados).

Fué un paso importante sobre el qu habré de abundar un poco más posteriormente,, el deber me llama y debo atender a un par de usuarios grises que me demandan cada centavo de los que percibo en mi triste cheque...