Encuentro cercano tipo humano

El sábado pasado nos pusimos de acuerdo para vernos en mi espacio el acorazado y yo... Desde que hablamos por telefono lo sentí muy cálido, como hacía mucho no, vivaz, alegre de vernos...
Llegó y desde que nos vimos el abrazo del principio fue mucho mas intenso.
Hacía tiempo ya que no lo vivenciaba así, se había mantenido frío y distante, como un acorazado de hierro o como un dragon dormido.
La plática fluyó de manera deliciosa por que, al recibirlo así, yo también me solté y lo disfrute. Su disposición a la escucha también se incrementó y disminuyó su afaán de saber y saber y saber (hablando él , por supuesto) De verdad siento que fue una platica liberadora e íntima... en la que ambos dimos un paso más a la transparencia dándonos a conocer situaciones y asuntos íntimos que sólo suponiamos pero que no habíamos platicado. En un momento dado, le pedí que me abrazara y accedió y fue tan intenso, tan humano, el fundirnos durante un tiempo prolongado en la unión de los cuerpos mediados por los brazos, por las manos que establecieron un álogo erótico solidario entre sí. Me abandoné a él y es una sensación tan poderosa que sustituyó al 100 la urgencia antigua de sexuar con él. Me entregué en el abrazo y se quebró la resistencia de mi cansancio emocional.... Lloré y lloré y seguí llorando, no como un niño, sino como hombre que se abraza a la contención de otro hombre que lo abarza, y "lo cubre con su manto", en esta visión arquetípica de ser poseido por el otro que contiene y al mismo tiempo, de manera activa, se entrega a su vez en el acto, en el abrazo en las caricias múltiples.
Hacía mucho. pero mucho tiempo que no experimentaba esto. Mientras lloraba, a ratos en silencio, a ratos con sollozos profundos y sonoros, fuí sintetizando las emociones de esta época de mi vida, mi situación profesional, mi relación de pareja, la muerte de mi padre etc etc etc.
Síntesis sin palabras, dejándo a mi interior hacer lo que era necesario hacer. Acariciar el cuerpo continente del otro. Llegó un momento en que la fusuón era tan intensa que empezamos a movernos en un suave vals de rítmo erótico donde nuestros miembros, a través de la ropa , también recibían el ambate del otro... nuestro abdomen, nuestro pecho, nuestros rostros... mientras tanto mis manos recorriendo sus nalgas y mis labios besando suavemnete su mejilla, su oreja... Ni un indicio de rechazo, ni un a muestra de ya basta, es suficiente, solo aceptación y contención amorosa en el aqui y ahora.

Mayor confirmación al SER no había recibido en los últimos años.

Solamente cuando el momento terminó, y la separación se empezó a re construir, la sugerencia explícita de ir más allá encontró freno. Me dijo que no pasaría más allá.... sin explicar mucho, como diciendo no, no, temeroso o decidido a guardarlo no se como o para quien... La intensidad de su regalo fue tan grande que no alcanzó a molestarme su decir. Solo atiné a reflexionar que el tiempo ira poniendo las condiciones para que se de y eso, si es que se dá.
Nos despedimos dándole yo un beso en la mejilla, y un hasta pronto, que espero se repita en algún momento.