En Construcción

Es domingo y me duele la cabeza.
La noche ha mejorado un poco los 45 grados de la tarde. El viento sopla fresco y el jazmín arábigo que tengo a mis espaldas, me envuelve en lujuriosos e intensos aromas... no por nada los antiguos creían que la única forma de comunicarse con los dioses era a través de su aroma... La fuente, mi fuente.. cantarina me deleita y refresca, mientras, a hurtadillas, entro al lugar prohibido de mi blog, desde donde todos me pueden ver, ya que no hay mejor forma de ocultar algo que a la vista de todos.

Desde aquí, estoy batallando para poder compartir sin tanto rollo superfluo lo sucedido en el ultimo encuentro con B., el viernes pasado, cuando decidí pasar toda la tarde con él.

Nos vimos en su casa y puedo decir que hubo tres o cuatro momentos definidos: En el primero platicamos sobre mí y cómo es que no le había llamado (él llamó esta vez) y básicamente le conté que toda la semana había estado en crisis, la congruencia, la eventual decisión de cambiar el rumbo de mi vida, etc. como algo estimulado pero no causado por él. El miércoles me moría de ganas de hablarte, le dije, aunque en realidad fueron todos los días. No llamé por que necesitaba mi espacio y además no podía ser cuestionado... confrontado... hasta ese día...

Me escuché hablando de mi, mi tiempo, mi batallar... lo escuché hablando de sí mismo proyectado, sobre mi derecho aser yo, mi derecho a gastar en mi mi dinero, hasta se aventuró a cuestionar las colegiaturas de mis hijos... (cómo si supiera...) lo escuché atento dejándome impactar por algunas cosas y otras, desechándolas sin rebatir.

El calor era sofocante a plenas cinco de la tarde, se levantó y se desvistió, quedándose en boxer y camiseta, y pidiendome que no lo viera. Y arranca el segundo momento en el que me quite la camisa y me desabotoné el pantalón... algo me dijo en mi ineterior que no me quitara el pantalón y aun no se que fué. Hoy que lo recuerdo no me lo logro explicar... tan agradable que hubiera sido sentir sus piernas en las mías, sus muslos....
Pero no, pasamos el tiempo, jugando que ya es un avance en realidad, me dejó tocarlo un poco mas que antes y es delicioso... me lo está dando a probar poco a poco... lentamente y es delicioso.
Quise avanzar más, quitar la camiseta y fue imposible, pero no me amilané, seguí pasando mis manos en su cuerpo, tocando sus piernas y muslos, su cadera, aunque hubo barrera en la entrada inferior de su boxer que me impidió explorar mas allá. Recorrí su torso, sus axilas, su cuerllo, y cuando pase mis dedos suavemente por su nuca y su oreja, arqueó la cabeza con felino reflejo al punto que me creí vencedor,
y No, su voluntad es ferrea. Aun cuando me dijo que parara no estaba dispuesto a hacerle caso... y forcejeamos un poco, jugueteando... hasta que terminé haciendole cosquillas y el suplicando que no más, que era muy incomodo para él.... y accedí. Y deseé tener una botella de tequila en ese momento para ablandar sus resistencias, pero fue imposible...

En el tercer momento me mandó al super a comprar Palomitas de maíz... y obediente y divertido accedí a ir. Cuando regresé ya tenía puesto un short y bromee al respecto mostrándole mi inconformidad y fue en vano mi protesta.

La cuarta pasrte fue hardcore, pues empezó a contarme de su relación anterior.... una historia llena de miel y de drama, truculenta, en la que se permitió llorar y aceptar que esta elaborando su duelo, que no es facil volver a entregarse a alguien etc etc etc,,, pero de ahí se paso a contar otras cosas mas truculentas todavía, sobre su vida. Y hube de jugar el rol de terapeuta hasta las 8 pm en que pudimos cambiar de tema, confortarlo y dejarlo mejor...

Muy intenso nos abrazamos y coincidimos en que estamos construyendo algo, recíproco, no basado en la relación sexual, algo sin etiqueta, y asi esta bien para ambos.

Me despedí radiante y alegre y , al tiempo, muy preocupado por los tiempos en que pueda definir mi situación.

Los zancudos me empiezan a devorar y no stoy dispuesto a servirles de cena. Me marcho a dormir para iniciar mañana un día más, un entrada más en el teatro de mi doble vida encubierta... hasta que los vientos cambien, solo hasta entonces...