Gusto, por que anteriormente que lo había invitado a comer se excusaba diciendo que tenía que comer con mami.
Ternura por la misma torpeza y rasgo adolescente de no pedir directamente las cosas sino exigirlas.
Enojo por que no tengo ningún compromiso que me obligue a "moverle la chancla"... además que me parece una expresión soez, de mal gusto y me genera desagrado.
Ganaron las primeras reacciones y le hablé para ponernos de acuerdo... y salimos, fui por el pero me pidió que no pasara a su trabajo, sino que lo recogiera a unas cuadras... ¡¿Cómo?! Si el casado que se tiene que esconder soy YO... ¿por qué no ir al trabajo por él como cualquier amigo?
Yo tenía idea de invitarlo al restaurante italiano... revisé la cartera y asumí el gasto. (lo cuál es bastante en estas circunstancias vacacionales).
Me cambió la jugada (por algo más barato, hasta eso.) Compramos unos panini en una franquicia gringa (sabrá lo que es la comida italiana????) y nos los fuimos a comer a una cantina...
Llegamos al centro de la ciudad y en ése establecimiento no tenían pan... Propuse que fuéramos a un centro comercial a comprarlos ahí y noté cierta resistencia de su parte... como rechazo... ¿complejo de pobre?... finalmente accedió por que yo accedí a comerlos en donde él quería...
Comimos a gusto, bebimos también algunas cervezas... y planteamos el programa de la tarde. De hecho, yo había planeado y hecho ajustes para verlo el sábado, no el viernes, pero mentalmente arreglé la situación y encontré la manera de cubrir mi ausencia familiar y laboral... El tenía una reunión con sus compañeros de escuela... está bien... convenimos ir a su casa y pasarla juntos hasta que él tuviera que irse a su reunión.
Llegamos a su casa y entre plática y plática empezó a prepararse... se puso una mascarilla de no qué cosa y con su camisa descubierta se sentó pegado a mi... En estos momentos de la relación, no creo que haya mucho que interpretar al respecto.
El, recostado a mi lado, con los ojos cerrados, la camisa desabotonada... Yo, a su lado, con él... empecé a acariciarlo suavemente en el cuello, apenas tocándolo, bajando mis dedos suavemente por su pecho y abdomen. Haciendo círculos pequeños, primero, más amplios, después, alrededor de sus tetillas, bajando de vez en vez a su ombligo y haciendo círculos también en él. Contactando con su vello abdominal que me resultó delicioso al tacto... Todo iba bien...
No solamente experimenté excitación, me es muy placentero dar a otro mis caricias, descubrir la epidermis del otro, re- conocerlo dactilarmente. Simplemente Delicioso.
Pero
Despuès de permanecer unos 10 minutos en relajación, mostrando en su rostro la satisfacción producto de mi tacto... abrió los ojos con premura, como quien después de abandonarse, recupera súbitamente el control y, cerrando su camisa, sin verme a los ojos, me pide que no lo haga. Esta vez no pensaba hacerle caso. Y volví a las andadas con una respuesta positiva de parte de él, expresada corporalmente pero nunca verbalmente. De nuevo me quitó la mano y me dice que no.
Se levantó a enjuagarse la cara y regresó a sentarse, pegadito a mí, que no me moví y que desde mi sitio lo observaba hacer; me pidió que le tocara el rostro para enseñarme cómo le había quedado a lo que aduje que no tenía las manos limpias… y me dijo que no pasaba nada… Lo toqué suavemente, a lo que el reaccionó recostándose y dejándose hacer… (¡Yessss!) Recorrí sus cejas pobladas, el contorno de su frente, su cabello… regresé a delinear con mis dedos sus párpados, su nariz y después de rodearlos algunas veces SU LABIOS… me encantan… me fascinan… El siguió recostado y mientras lo acariciaba, sentí el cambio de su respiración, a mayor profundidad y entrecortada como preámbulo de posibilidades…
De su rostro recorrí su cuello, bajando más decidido a su soto selvoso, rozando la orilla del pantalón desabotonado y el borde de su bóxer… y entonces…
Me anunció que necesitaba dormir, que se estaba cayendo de sueño a lo que le respondí que yo también, que durmiéramos juntos una siesta… y algo se quebró…
Claro que no aceptó, aduciendo lo incomodo que era para él, que no estaba preparado, y no se que jalada más… incluso propuso dejarme su cama y dormir él en el sillón… y decidí, en ese momento, desde lo más profundo de mi convicción, que era mejor irme. Y se lo dije… Mejor me voy para que duermas bien, no tiene caso que me quede, pues después tendrás que arreglarte e irte a tu reunión… No levanté la voz… simplemente sentí la fuerza proveniente de la convicción… era mejor irse… Lo que sentía no era rabia o enojo propiamente, era desilusión, era, un cuestionamiento… ¡Y Yo Cuándo? ¿Cuándo voy a recibir algo de ti? Incluso le dije que me comprometía a no seducirlo, a no abusar de el dormido ( ja ja como si tuviera 12 años) y se cicló, me hace sentir incomodo, decía, y su facie era como obnubilado. ¿No crees en mi palabra?, le dije, y respondía que sí pero que se sentía incomodo… y le dije de mi necesidad de ser abrazado, de sentirlo cerca, de mi capacidad de respetarlo recibiendo su calor corporal en una acción tan simple como tomar la siesta…
en ese momento no pude actuar como terapeuta… No es ese mi rol con él… nunca lo ha sido… y, me marché, con la conciencia de que probablemente sería la última vez que lo viera en ese nivel de intimidad (¿pos cual?) y me marché. Consumiéndome por dentro… con mucha energía y con la necesidad de ser tocado, de contacto humano masculino, bien clara. También me llevé claro que no quiero permitirme ser explotado por nadie que me requiera como proveedor . Escuchando a Amaury…
Dame la prisa de un olvido o anhelado
si no hubo beso que venciera lo azaroso,
la maldición de un golpe bajo en el quejido,
el sollozar de cuanta estrella atrapa el ojo.
Lo dejé y decidí ir al sitio adecuado de contactos expres impersonales… algo es algo… el vapor…
Y me encontré a todo mundo, je je… básicamente a dos amigos, a los que inmediatamente puse al tanto de lo sucedido y fue gratificante recibir sus palabras y de uno de ellos sus caricias de apoyo… Me aligeró la carga por que ninguno tomó partido… solo escucharon y apoyaron… gracias desde aquí… Y después ¡a lo que vine…!!!! Y estuve más que ardiente en la vivencia desenfrenada e impúdica del erotismo.
Sé que el toque anónimo no es ni con mucho lo que buscaba con B, pero sé también que acumular la energía sin darle salida, sin hacerla circular, la vuelve tóxica.
Me retiré agotado, mental, afectiva y eróticamente y me dediqué a lo que necesitaba en ese momento… Dormir….
El sábado fue también intenso…
Me levanté temprano a ponerle atención a mi jardín y a mis canarios… ¡Cómo lo disfruto!
Saliendo de mi extra larga sesión, me fui a un parque público con estanque y patos, que disfruto particularmente. Necesitaba aquietarme de nuevo, retornar a mi centro operacional para continuar la vida por delante.
Debido a que habíamos quedado originalmente en compartir el sábado, llamé a B… tratando de ser natural y no mostrar enojo (que no lo sentía) y conciliar un encuentropara ese día y arreglar la diferencia.
Me contestó agrio, y me dijo que estaba platicando con un vecino (jajaja supongo que creyó que me iba a enojar mucho) y que cuando se desocupara me hablaba… ¡Qué conversación tan prolongada!
Aún es momento en que no se comunica… y no me late mucho hacerlo yo.
Será el fin de la historia… ¿?
1 comentario:
De verdad que tienes paciencia. Habría que hacerte un altar. Yo que rato ya hubiera despachado a B, demasiado atadoso y temperamental. Me da la impresión que no tiene la película muy clara, y ahí está el problema porque talvez tampoco te sea de mucha ayuda andar con alguien así.
Ojalá las cosas mejoren.
Saludos
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